Stephen Hero
James Joyce

Prólogo y traducción del inglés de Diego Garrido

Quiere la leyenda que el manuscrito original de Stephen Hero, una de las primeras versiones del célebre Retrato del artista adolescente de Joyce, hubiera superado la frontera de las mil páginas de extensión antes de que el autor resolviese deshacerse de él arrojándolo al fuego, del que su hermana Eileen rescataría varios pasajes incólumes. Aunque Joyce reescribió más tarde la novela en que el joven irlandés se rebela contra la iglesia, el país y la familia, en esta primera versión, muy ágilmente escrita, el ambiente es más discursivo y personal que en el Retrato. Muchos episodios cercenados con posterioridad en 

aras de una buena forma novelesca, en especial los de carácter autobiográfico, que dan cuenta de la vida íntima y familiar del protagonista, se presentan aquí en su totalidad, con algunos de los diálogos más vivaces que Joyce hubiera compuesto nunca. En conjunción y contraste, ambas versiones ilustran eficazmente el desarrollo literario del genio irlandés y ofrecen a los lectores sustanciosos detalles y matices relacionados con su periplo vital.



ISBN: 978-84-124114-3-0 | Género: Ficción clásica | Formato: 135 x 215 mm | Encuadernación: Rústica cosida con solapas | Páginas: 296 | Lanzamiento: enero 2022 | Edición: 2ª | Precio: 18 €


James Joyce, 1904. Biblioteca de Colecciones Singulares del University College de Dublín

JAMES AUGUSTINE ALOYSIUS JOYCE nace en Dublín el 2 de febrero de 1882 y cursa casi la totalidad de sus estudios con los jesuitas, de los que nunca renegará del todo. Estudia Lenguas Modernas en la universidad y con veinte años se traslada a París para estudiar Medicina y convertirse en escritor. Tras regresar a Dublín para asistir a la muerte de su madre, lleno de proyectos frustrados y convencido de que seguir en su país sería enterrarse en vida, vuelve definitivamente al Continente en 1904 con Nora Barnacle, la que será su mujer hasta el día de su muerte. Escribe simultáneamente la novela autobiográfica Stephen Hero y la colección de cuentos Dublineses, al tiempo que se gana la vida como profesor de inglés. Vive en Pola, en Trieste, en Roma, otra vez en Trieste. Publica Dublineses y transforma Stephen Hero en el definitivo Retrato del artista adolescente. Ya famoso, escribe Ulises y se marcha a vivir a París con su familia para atender la publicación. Los siguientes dieciséis años los dedica a escribir Finnegans Wake, la obra más difícil de la literatura. No mucho después de su conclusión, en plena guerra, muere y es enterrado en Zúrich. Es el 13 de enero de 1941.


-Nunca pensé que llegaría el día en que un hijo mío perdería la fe. Dios sabe que no. Hice todo lo que pude para mantenerte en el buen camino.

La Sra. Daedalus empezó a llorar. Stephen, habiendo terminado ya su comida, se levantó y se dirigió hacia la puerta.

-Es culpa de esos libros... Te los voy a quemar todos, uno por uno. No voy a dejar que corrompan a nadie más en esta casa.

Stephen se detuvo en el umbral y se volvió hacia su madre, que lloraba desconsolada.

-Si fueras una buena católica, madre, me quemarías con ellos.


Todo estamos en deuda con Joyce, incluso quienes no lo han leído

     T. S. ELIOT 


Apenas existe nada comparable en toda nuestra historia literaria

     THE NEW YORK TIMES


Una ambiciosa novela de signo semiautobiográfico

     EDUARDO LAGO


Un excelente pasadizo para entrar en el universo Joyce 

     JUAN MARQUÉS, Las librerías recomiendan


Alianza, Cátedra y 62 han recuperado el Retrato del artista adolescente, obra a cuya primera versión, Stephen Hero, podemos acceder gracias a que acaba de ser editada por Firmamento. Su interés reside en que incluye muchos de los capítulos finalmente cercenados en el Retrato..., especialmente los más autobiográficos

     XAVI AYÉN, La Vanguardia


Una delicatessen para coleccionistas de James Joyce

     MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ, El síndrome Chéjov


La editorial Firmamento, en plena eclosión joyceana por el centenario del Ulises, acaba de publicar una nueva edición de Stephen Hero, con prólogo y esmerada traducción de Diego Garrido. Una edición bellísima que hará las delicias de cualquier lector de Joyce, y de cualquier lector en general. Son muchas las recomendaciones y los consejos que últimamente han dado todo tipo de especialistas y de lectores para abordar la abisal obra de James Joyce; yo, si tuviera que ofrecer alguno, aconsejaría a cualquier lector que comenzase por leer Stephen Hero, quizá una de las puertas más diáfanas para acercarse a las subrepticias connotaciones escriturales del exiliado irlandés

     RICARDO LABRA, Zenda